Baltasar Garzón Garzón (Torres, Jaén, 1946) es vicepresidente de UCAR-Granada. Militante histórico del PCE desde los últimos años de la dictadura, fue diputado al Congreso de los Diputados durante la legislatura 1989-1993 y concejal del Ayuntamiento de Granada durante los mandatos 1995-1999 y 1999-2003, representando siempre a los votantes de IULV-CA.
Estimadas camaradas, estimados camaradas,
En mi casa de Humilladero, encalando la primavera, toreando el cambio de horario, el reloj como representante de la revolución industrial, manejado para establecer jornadas de trabajo interminables y aumentar así la explotación de los trabajadores y trabajadoras.
Comentaba con Carmen cómo glosar la figura de Baltasar Garzón y señalábamos las características fundamentales que lo definen: Baltasar en toda su trayectoria, política y personal, siempre se ha situado contra corriente y contra el reloj, y es que para un hijo de agricultores humildes nacido en Torres, el tiempo no se detiene, de ahí que haya que aprovechar cada minuto, cada segundo, porque a nuestra clase nunca le han regalado nada, todo hay que conquistarlo, arrancarlo, con esfuerzo y sacrificio.
Baltasar es licenciado en Historia, en Pedagogía y en Derecho, lo que en la cultura rural andaluza se ha definido siempre como un hombre de provecho, que volvía a Torres (porque a Torres hay que ir deliberadamente) y sus padres sentían un sano orgullo por el objetivo cumplido. Se hizo maestro, el primer universitario entre los suyos. Eran años duros.
En agosto de 1946 vino a nacer, cuando aún las huellas de la traición militar y fascista a la República estaban a flor de piel, la España y la Andalucía en blanco y negro, el hambre, el estraperlo, la derrota, la cultura y los poetas en el exilio o en las cunetas, sus obras prohibidas por militares golpistas y mediocres, respaldados por la oligarquía y la jerarquía de la Iglesia. Vivió en aquella dictadura de plomo, en aquellos años donde el luto, los velos negros de las mujeres andaluzas hacían un contraste con el blanco de la cal y las flores que cumplían con su ciclo, porque el fascismo no logró enterrar la primavera.
Baltasar Garzón, con los mimbres de los que disponía y el cariño de los suyos se fue forjando como persona y como militante sindical y político, jugando un papel muy destacado en la renovación pedagógica, en la nueva escuela que empezó a alumbrarse en los años finales de la dictadura. Como escribiera José Martí, “todo es hermoso y constante, todo es música y razón y todo como el diamante antes que luz fue carbón”. Desde nuestro himno andaluz, la estrofa “los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos, hombres de luz que a los hombres alma de hombre les dimos”. El trabajo de renovación pedagógica, su gran aportación en Granada a esa nueva escuela que salía del oscurantismo y se abría al futuro, la llevaba Baltasar Garzón bajo el brazo como inspector de enseñanza en los pueblos de la Alpujarra. Fue diputado en el Congreso y coincidió conmigo en una legislatura marcada por la corrupción y el terrorismo de estado, con mayoría absoluta felipista. Nos quedábamos en la pensión Gonzalo en la calle Cervantes de Madrid, a escasos cien metros del Hotel Palace, tan cerca geográficamente y tan lejos. El lujo, el derroche, no ha sido compatible con nuestras raíces y ello por dos razones: la primera y más importante, porque ideológicamente hay que vivir como se piensa, y la segunda porque el Partido actuaba como la banca ambrosiana, quedándose con la mayoría de los fondos de los diputados/as.
Su trabajo en el parlamento fue riguroso y serio. Ha sido una constante y una gran seña de identidad de Baltasar Garzón la puntualidad, siempre militó contra reloj y tiempo, fiscalizaba al Gobierno y lo controlaba en las áreas que le había asignado el Grupo Parlamentario, al tiempo que hacía un seguimiento por mandato de Carmen por mi debilidad con las tartas de chocolate. Aún hoy sigue preocupado por mi dieta, por esa pasión que siento por la repostería en general y por los piononos en particular.
Baltasar impulsó Convocatoria por Andalucía, fue fundador de aquella experiencia de participación, elaboración programática y cogobierno con la gente, que tanto impacto tuvo en nuestra tierra. Fue máximo responsable de IU en Granada y candidato a la alcaldía de esta capital de la Alhambra y del antiguo reino nazarí. Gobernó desde la tenencia de alcaldía, gestionando el área de medioambiente. Formó tándem con Jesús del Río, ocupándose de todos los problemas medioambientales de la ciudad, aplicando la Agenda 21, incluido el estrés que detectaron a los patos del Darro a su paso por la ciudad.
Su vuelta al colegio en el 2003, su visión lúcida para impulsar la Unión Cívica Republicana, continuando esa hermosa tradición de maestros republicanos, dicho aquí en Fuente Vaqueros, capital cultural de la República, por haber dado un hijo como Federico García Lorca, asesinado por el fascismo junto a dos banderilleros y un maestro de escuela. Baltasar es el alma de UCAR, una de las organizaciones republicanas más solventes y activas de todo el país. Organiza presentaciones de libros, conferencias … Felipe Alcaraz y yo hemos tenido el honor de participar junto a otros. Recuerdo una noche en la platería, donde cantaron Moyano y Pinilla y se arrancó cantando zarzuela Pitar, y Baltasar como buen amante del flamenco le espetó “no tolero que en la catedral del cante grande se interprete zarzuela, esto es una profanación”.
La amistad para Baltasar Garzón es fundamental, su vida y la de María Jesús giran entorno a buenos amigos y amigas. Nos reúne en Alhabia, pueblo almeriense de su compañera, en la época de las naranjas, y con un criterio anticapitalista cada uno de los invitados tiene que recoger las suyas, aunque se trata de una cuadrilla muy preparada desde el punto de vista político e ideológico, como cuadrilla agraria es incontratable y deja mucho que desear. La misma cuadrilla con algunas variaciones recogemos las cerezas en Torres.
Baltasar siempre ha estado preocupado por las garantías y los derechos, por las formas. Cuentan que cuando sus padres fueron a inscribirlo en el Registro Civil a efectos del Libro de Familia, pidió una hoja de reclamaciones para hacer una enmienda al Reglamento, constante que ha mantenido en todos los Congresos y Asambleas, incluso en el Estatuto de la Peña, siempre hay enmiendas a los textos a debate si está presente Baltasar Garzón. La gente valora su esfuerzo y su preocupación por las cuestiones de forma y de fondo que plantea, pero al mismo tiempo dicen que es muy trabajoso y que siempre está dando por saco.
Hoy nos reunimos aquí a iniciativa de la agrupación local de Fuente Vaqueros y del camarada Antonio Almanzán, sus compañeros y compañeras, camaradas, amigos y amigas, para reconocerte tu trayectoria, tu labor como comunista, que se ha guiado por ir contracorriente contra el capital y contra los poderosos.
Sabes, Baltasar que María Jesús y tú, Carmen y yo mantenemos una sólida amistad, como sólidos son nuestros valores y nuestros principios. Con la ampliación en nuestro círculo de mi nieta Candela que por teléfono te ha dado el título de Rey Mago, que son los únicos reyes que junto con los de la baraja permanecerán en el futuro.
Fuente Vaqueros, primavera del 2.014.
Antonio Romero, presidente de honor del PCA.
Coordinador de la Red de Municipios por la III República y Exparlamentario de IU.